martes, septiembre 08, 2009

El picnic de los desposeídos

Si Dios existiera, ¿Como soportaría yo no ser Dios?
-Citando al tipo desconocido que a veces se sienta en mi silla, y la raya, y que además tiene una mórbida obsesión por citar a Nietzsche.

Hay cosas que hacen que uno sepa que está acabado.
Cuando lo único que queda de tu memoria, de tus ideas, de tu lucha; es una estatua cagada por las palomas, estás acabado.
Cuando en tres días tu única fuente de nutrientes ha sido aguardiente barato, estás acabado.
Cuando te dedican una canción llamada "Miedo a las Alturas", estás muy acabado.

Nos sentamos en la yerbita, que recién la cortaron y huele bueno. Estamos V, Kai, Koi, Li, El Ídolo y yo... Yo soy Aiden. Es mejor decir mi nombre ahora.
Li anda en una mezcla de desnutrición y resaca que pone su piel de color chocolate de un color amarillento. Un color maloliente y desteñido.
Kai trata de alimentar a Li con un paquete de galletitas, aunque él mismo parece tejido con alambre de cobre.
Koi se sienta como levitando, casi sin sentarse. Koi es una persona muy inusual.
V, en cambio, aunque tal vez pese menos que Li en sus peores dias, parece horadar la tierra con su presencia. Parece clavar las uñas en el suelo húmedo para arrancar un pedazo de mundo al desclavarlas.
Al Ídolo lo acaba de cagar un gallinazo.
Y yo pienso, somos un cuadro más que patético.
Sin Saffron, como una farola en frente de todos, somos una mierda...
Pero Saffron se fue, nos dejó para ir por el mundo y no nos quiere en el proceso.
Mentira, tal vez quiera a Koi.
Sabemos, todos lo sabemos aunque sólo a mí me lo ha admitido, que Saffron llama a Koi todos los martes por la noche.
Sabemos que Saffron tiene planes, que mantiene su ideal, que ahora tiene aliados que sí sirven para algo. Y ahora, también, tiene plata.
Y nosotros jodidos, sin un peso y con un ideal ya más carcomido que antes de Saffron. Tenemos motivaciones, un pasado, ahora solo queda preguntarnos si tenemos algún futuro.

Koi flota como una niebla oscura y etérea. Ausente. Más que Saffron.
Quizá pueda aliársele, largarse; y cuando tenga el mundo en sus manos, sentada en un trono ostentoso lleno de sedas y terciopelos, nos fije su mirada, por fin, por vez primera entre un millón de miradas gélidas.
Es esta más una recreación de mi mente, que imagina su semblante extraño y lejano como parte de dicho escenario, que una realidad, pues no creo que Koi sienta inclinación hacia tales demostraciones de poder, ni hacia la plata.
La plata!
Al diablo este mundo! Hasta para poder destruirlo necesitamos plata.

Un rayo de sol vespertino ilumina el paquete de galletas vacío que Li mira con aprensión.
Una brisa lo mueve, le da tres vueltas sobre el prado, lo aleja. Kai estira el brazo y lo recoge, lo mete en su bolsillo.
-Podríamos matar a Saffron- Dice V con firmeza.
-¿Para qué?- Reclamó Kai.
-De nada serviría- Digo yo, sacando un cesto lleno de manzanas bien maduras-¿Quién quiere manzanas?
Seis miradas aburridas, acabadas, se dirigen a , mientras mis dientes destruyen la delgada cáscara roja y mis muelas la mastican.
Yo todavía no estoy acabado.


TO BE CONTINUED

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hail !
Aveces llega un punto en el que todo parece estar acabado, en el que no vale la pena avanzar, en el que nos sumergimos en nuestros sentimientos, éstos sentimientos que nos expresan pesadez, cansancio, esto nos quita las ganas de seguir. Por "suerte", hay un momento de decisión. Es interesante saber que uno tiene algo por qué luchar, por muy distante que esté, uno lo ve como presente y hace lo necesario para conseguirlo.
Ahora el pasado es algo de lo que aprendemos y nos reimos; durante este tiempo se puede disfrutar más alegría que antes, ahora hay con quien triunfar y visualizar un futuro encantador.

Éxitos Saille.

N.N. dijo...

Hay dias, hay dias en los que toca reinventarse. Hay dias en que el peor enemigo es la nada.
Pero si hay una razon para vivir, todo esta bien.

Todo tiene arreglo, y... oh well, I love you!