-Saffron... Qué estás haciendo?- Exclamé con sorpresa.
-Qué te parece?
-Que te estás pasando. Es una iglesia.
-No hay límites de los que me pueda pasar...
-Te ayudaron a hacer esto?
-Te voy a responder eso?
Hizo una pausa para contemplar su obra de destrucción. Esperaba que yo le respondiera "No". No lo hice, y continuó...
-Esto es solo un ensayo. Muchas gracias por dar tu visto bueno a mi experimento-Dijo, sardoonicamente- Aiden... tú podrías haber participado. Tienes potencial. Eres el mejor de los tuyos, inteligente, intuitivo, con la vista puesta en el horizonte. Puedes tenerlo todo. Puedes arrancar de raíz toda la podredumbre del mundo. Puedes matarme aquí mismo. Llevarme a que me arresten. Para ti tampoco hay límites, sólo está el miedo.
Trataba de tentarme... siempre, trataba de tentarme.
Saffron. 1.85 de estatura. Ojos negros, pelo aún más negro. Tranquilidad absoluta en el rostro. Las manos sueltas, postura recta. Relajado y firme. Rodeado de los restos de una catedral... chamuscados hasta la base.
No es que hubiera estado tan mal. Era solo un edificio, y estaba vacío. Es que lo que hizo fue terrorismo feo, sucio y viejo.
Manipulación. Quemar un símbolo y después hacer un show. Innecesario y peligroso.
Ojalá no se le suban los humos. Ojalá no se deje atrapar.
-En este momento no puedes ayudarme. Sé que me comprendes y que no te vas a quedar quieto. Dale, sigue, alcaanzame.- El maldito sonrió. Cenizas en su cara- Quizá un día... sea yo quien tenga que alzar la cabeza para verte.
Se fue. Así como vino, así como hizo todo, se fue. Levantaba polvo y cenizas con sus zapatos agujereados.
-No, Saffron, yo no voy a competir contigo. Voy a esperar a que hagas lo que tengas que hacer, como lo quieras hacer, y lo que estropees lo arreglaré yo. No me vas a degollar. Me vas a ver cuando instaure otro orden, y ni siquiera tenga que derrotarte.
Ya que Saffron se había ido, yo tampoco tenía por qué quedarme. Podrían haberme acusado. Claro, no es que me diera miedo del deficiente sistema judicial de este país, es que esa noche no estaba de humor para joder a policías.
En la calle había unos cuantos curiosos, chismosos, saliendo a ver si a ver si sacan algo de esto.
Por qué no llamaron a los bomberos? Artimañas de Saffron?
De todas maneras a esos curiosos no les importa nada si no hay beneficio, y aparte de salir en las noticias de mañana no hay ninguno.
Ya a nadie le importa nada.
Y sin embargo...
Si alguien les diera una oportunidad seguro reconsiderarían sus vidas.
Ah, mierda, ya hablaba como Saffron también.
Mientras mi grupo se estaba rindiendo...
En estos tiempos uno no puede rendirse. No hay elección que no sea luchar hasta que corra la propia sangre, luchar duela lo que duela. Nada es gratis, debes arrancarte pedazos de ti mismo para conseguirlo.
Yo no le pido nada a nadie, tampoco a mi grupo. No los voy a obligar, pero no negaré que necesito algo de ayuda en esto. Saffron no es cualquier persona.
Saffron... con su idea de distorsionar el orden social para demostrar sus extrañas teorías. En realidad lo que él diga no importa, porque no se trata de eso. No debe tratarse de eso. Sus teorías son sus excusas como el altruismo es la excusa de otros.
Para Saffron no es el poder no son sus teorías, no es el dinero. Para Saffron es algo similar a un culto, a una religión. Para Saffron, darle ctrl + alt + supr a la civilizacion es el inicio de una experiencia de trascendencia, una renovación, una purificación.
Y esto es lo que logro sacar de los motivos de Saffron. Es demasiado poco.
Fui a ver a Saffron sin avisarle a nadie. Me fui de allí tomando precauciones para que nadie me viera.
Ni siquiera mi grupo podría entender esto. No aún.
Con Saffron quemando no podía ocultárselos para siempre. Aún así, tres días es algo, una semana es algo, cinco minutos es algo.
Corriendo entre callejones estrechos vislumbré mi casa. Debía pensar.
Mierda, que esto no acabe en una guerra civil.
1 comentario:
OJALA ACABE EN GUERRA CIVIL!!!
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