-Qué mierda- Dice por lo bajo, para ella misma- Me dejaron otra vez.
Blusa de rayas, cuchilla minora atada con un lazo al cuello, pelo alborotado cayendo revoltosamente sobre su ojo derecho. Se recuesta sobre el muro de ladrillo, esperando a que una bicicleta negra asomara a toda la velocidad por la esquina. Bicicleta verde. Nadie conocido.
La bicicleta verde chapotea un charco. Ella lo mira con odio. El ciclista sonríe y ella suspira con rabia. Los hombres nunca entienden cuando los miro con odio, piensa mirando sus zapatos embarrados.
¿Qué hora es ya? El celular dice que son las 3:58. No hay mensajes nuevos. Voy a entrar sola, no me importa. Arrastra los pies por el cemento verde, mirando los rostros risueños de los otros adolescentes caminando por el parque. Patea una semilla de mango con frustración. No le pega bien y la semilla acaba en la alcantarilla. Suspira de nuevo.
El viento le revuelve suavamente el pelo cuando levanta la cabeza para mirar el edificio del cine. No muy imponente. No muy grande. De ladrillo con letreros extraños. Sube velozmente las escaleras y se asoma a la blanca taquilla.
Una mujer de impecable pelo negro y sonrisa permanente se voltea hacia ella. Ella retrocede un poco por reflejo, como siempre hace cuando interactúa con alguien nuevo. La mujer muestra más sus dientes brillantes y le pregunta qué desea.
-Buenas tardes... Yo... voy a entrar a la película de Orson Welles... Sed de mal.
-Lo siento, niña, pero la hora de esa película fue cambiada para la 1:00 PM.
Maldita sea.
Giró rápidamente y leyó el cartel con la programación. Función a las 4:30. Entraría, así fuera una película de acción con Matt Damon, de esas que solía criticar todo el tiempo. Tenía que entrar, no soportaría su cuarto esa tarde. Además, era gratis.
-Entonces... voy a entrar a la de las 4:30...
-¿Tu Vida en 65'?
-Sí, esa.
-Por favor pon tus datos aquí... y si quieres puedes ver la exposición mientras esperas.
-Ah... bueno. Muchas gracias.
Subió las escaleras hacia la exposición, más por ganas de poder vagar entre sus pensamientos que por interés en el arte de Fernando... ¿Cómo era que se llamaba? Tampoco importaba, la verdad.
Treinta minutos en un lugar helado con humanos poco interesantes se van algo largos. A ella se le fueron eternos, incluso después de encontrar unos interesantes bocetos de El Fantasma hechos por el tal Fernando como se llame. Cuando El Fantasma se casó con Diana... eso sí que fue un hecho esperado en un cómic, meditó observando la escena.
Bajó al fin las escaleras como a las 4:27, internándose en el pequeño grupo humano que deseaba entrar a la sala. Me pregunto si esta será la película donde la gente mira la lavadora, se dijo.
Atravesó las cortinas de la entrada y se dirigió a su silla favorita, en aquella fila de atrás. Las luces se apagaron, el proyector se encendió; y durante algo más de hora y media, olvidó porqué había ido a refugiarse allí. Una vez más, mientras el proyector funcionaba, olvidó quién era.
4 comentarios:
Muy interesante relato, yo en cambio sueño con descuartizar a mis jefes y ponerlos en bolsas negras de basura y tirarlos al shut de la basura ;)
Wow, cada vez más me asombro de tu habilidad para hacer escriticos insanos, aunque... lo de la física cuantica no me lo sabía, eso es nuevo cierto?
Pobres zapaticos empantanados.
Germán, descuartizar personas es un gran hobbie, lol.
Santa, sí, la física cuántica es mi nueva y más grave enfermedad ROFL.
¿Por qué nunca nadie me acompaña a ver películas de Orson Welles? Tú tampoco Santa, me has decepcionado (Como Simba).
¿Y por qué la gente se ensaña con mis zapatos? Es algo incomprensible.
estabas metida en un atractor extraño..........
a lo mejor tu lo eres...
(estuve en medellín y no te ví)
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