lunes, mayo 02, 2011

Entrada Prescindible / Una historia de blogs


Por allá en el 2008, cuando este blog tenía de imagen principal una foto de un árbol de aguacates tomada por accidente y de música gothic metal, era común en mí escribir entradas que no eran relatos malos o abortos de poemas, sino mierda que se me salía de la cabeza, lo que pensara en el momento, lo que fuera.
Aunque el 2008 fue un año horrible, tan horrible que al sólo recordarlo se me nubla la cabeza, lo extraño un poco. Extraño la inocencia, ese sufrimiento tan verracamente tonto que al menos me llenaba. Extraño la necesidad de hacer reales personajes y mundos imaginarios (Algunos sabrán a lo que me refiero) para no tener que sufrir por cosas por las que no quería sufrir. Extraño al ser que era, aunque fuera mucho peor que el que soy, simplemente porque era más fácil serlo.
Y eso sin hablar del 2009. A veces creo que en ese año me gasté una buena cuota de la felicidad que me tocaba en la vida. Pero no, me desvío del tema, estaba hablando de los posts de tonterías, similares a éste, que publicaba cuando tenía trece o catorce años. Estaba hablando de lo terriblemente ingenuos que eran esos posts, de cuan convencida estaba de lo razonable de mi desdicha. Me hacen sonreír, no lo niego. Me sorprendo incluso al leer el post donde está plasmada la epifanía de que no era especial, de que era una imbécil, de que estaba sobreactuando. Me sorprendo aún más al ver los matices de mis reflexiones estúpidas, matices a veces inventados, a veces asquerosamente verdaderos. Matices que sólo yo (y Liana en unas cuantas ocasiones) podría ver.
Me sorprende pensar en lo poco que han cambiado las cosas.
Por mucho tiempo no necesité desahogarme en este blog. Culpa de un blog al que llamé "Salpiconspiración", blog que, lastimosamente, me arruinó muchas cosas luego. Fue un buen sitio para el desahogo, hasta que pasó lo que pasó y comprendí que ni siquiera yo, que hablo tanta mierda, puedo hablar tanto.
Puede incluso que con esta entrada esté hablando demasiado.
Luego de eso tuve otros blogs. Ninguno de ustedes los llegó a conocer, gracias a la valiosa lección que me dejó lo que pasó con Salpiconspiración. Tuve incluso blogs en Wordpress y Livejournal. Algunos los acabé abandonando. Otros los cerré para evitar tener en mi vida más drama del que necesito. Los necesitaba para no perder la cordura, aún, aunque se puede decir que ya no los tengo, los necesito. Son tan peligrosos como imprescindibles.
¿Ahora qué haré sin ellos? No sé. Ya perdí la cordura, igual.
Hay en momentos en los que me siento como me sentía en el 2007 y el 2008. Bueno, no igual, pero es comparable. Ahora al menos sé que soy tonta y que no necesito decirlo todo.
Ustedes saben que yo hablo mucha mierda. Algunos saben que no siempre he sido así. Algunos intuirán que en realidad hablo tanta mierda para hacerme ruido a mí misma. Últimamente sí me he estado pasando, confundiendo el ruido con aquellas estruendosas pero indecibles palabras que no son ruido. He de arreglar ese detalle, cosa complicada debido a lo voluble que soy... en fin.
Vuelvo a este blog.

Me dan ganas de hacer algo que le rebaje patetismo a esta soledad mía. Escribir no, eso sólo serviría si mis escritos fuera asombrosamente buenos. Dan ganas de ser de esa gente a la que la melancolía los rodea como un traje natural, que se sientan en algún lugar a fumarse un cigarrillo que los haga calmarse un poco. Yo odio el cigarrillo. Dan ganas de ser de esa gente que va a perder la cabeza cada noche en lugares insospechados, perdiendo la cabeza y la conciencia en un mar de alcohol que les zumba hasta los oídos, teniendo un montón de lagunas mentales que sirven para envenenar los problemas. Yo no soy así, ni tomo ni pierdo nunca la conciencia. Dan ganas de ser de esa gente que tiene dolores tan grandes que en ellos solos se leen todas las tragedias que ha tenido la humanidad desde sus comienzos, de esa gente que a pesar de estar tan rota por dentro saca serenidad de donde no debería haber ninguna. Yo no tengo en mi haber grandes tragedias. Ni serenidad para nada. Dan ganas de ser esa gente que está completamente loca. Yo no lo estoy.
Habría de estar llena para hacer alguna de esas cosas. Pero soy una cáscara, un caparazón vacío que flota sin destino e intenta llenar sus vacíos con cosas terribles. Eso es todo lo que soy.

Los dejo descansar de tanta bobería que acabo de escribir. Prometo entradas mejores.

3 comentarios:

Santa dijo...

Yo puedo decir que mi peor año fué el 2009. De esa época me quedaron pocas cosas; alguién que me bloqueó del facebook (xD), odios innecesarios, manías estúpidas y más temperamento.

De todas formas podría sentirme muy identificada con tu entrada.

Borré todos mis blogs.

N.N. dijo...

Creo que no puedo parar de tener blogs.

Santa dijo...

Mi profesor de literatura me dijo que escribiera... de todas formas no creo que dure mucho sin blogs. xD